La Inmortalidad, Milan Kundera
Milan Kundera es un escritor checo, reconocido, sobre todo, por su libro «La insoportable levedad del ser». También escribió «La inmortalidad», una novela donde genera sus puntos de vista sobre personajes reconocidos de la música, la literatura, el arte, entre otros. Personajes como Goethe, Ernest Hemingway o el pintor Rubens aparecen en la manera en que los imagina, todos alrededor de lo que para él es la inmortalidad de las personas que se hacen eternas gracias a su trabajo. A continuación, quiero compartir solo algunos apartes que me llamaron más la atención:
En diálogo entre Goethe y Hemingway:
Si es el juicio eterno, debería haber un juez como Dios manda. Y no una estúpida maestra de escuela con una vara en la mano.
Una vara en la mano de una maestra estúpida, eso es el juicio eterno. ¿qué se imaginaba, Ernest?
No me imaginaba nada. Lo único que esperaba era poder vivir en paz, al menos después de muerto.
Hizo usted todo lo necesario para ser inmoral.
En absoluto. Lo único que hice fue escribir libros. Eso es todo.
¡Precisamente” -rio Goethe-.
No tengo nada en contra de que mis libros sean inmortales. Los escribí de modo que nadie pudiese quitar ni una palabra. Para que soportasen cualquier intemperie. Pero a mí mismo, como hombre, como Ernest Hemingway, ¡me importa un cuerno la inmortalidad!
Ahora, sobre el amor expresa en este caso el personaje de Bettina:
Pero en otro pasaje Lutero dice: el amor se antepone a todo, incluso al sacrificio y a la oración. De eso deduzco que el amor es la mayor virtud. El amor nos hace inconscientes (mathc bewustlos) para lo terrenal y nos llena de lo celestial, el amor nos libra así de la culpa (macht unschuldig).
Con relación a los sentimientos, el narrador dice:
Es parte de la definición de sentimiento el que nazca en nosotros sin la intervención de nuestra voluntad, frecuentemente contra nuestra voluntad. En cuanto queremos sentir (decidimos sentir, tal como Don Quijote decidió amar a Dulcinea) el sentimiento ya no es sentimiento, sino una imitación del sentimiento, su exhibición. A lo cual suele denominarse histeria. Por eso el homo sentimentalis (es decir, el hombre que ha hecho del sentimiento un valor) es en realidad lo mismo que el homo hystericus.
Acerca de la felicidad, manifiesta a través de su personaje Agnes:
Vivir, en eso no hay felicidad alguna. Vivir: llevar por el mundo a su dolorido yo.
Pero ser, ser es felicidad. Ser: convertirse en fuente, en recipiente de piedra sobre el que cae el universo como una lluvia tibia.
Con relación al arte, a través de Rubens:
Una vez visitó en Nueva York el Museo de Arte Moderno. En la primera planta estaban Matisse, Braque, Picasso, Miró, Dalí, Ernst, y él se sintió feliz. Los trazos del pincel sobre la tela expresaban un gozo salvaje.
En fin, un libro interesante, quizás algo pesado para leer, pero eso es relativo para cada lector. No será mi favorito, pero como todo libro, siempre deja algo para la posteridad.
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