El turismo de observación de aves: Paralelo España y Colombia
Luego de hacer un viaje al Monasterio de Piedra en la Comunidad Autónoma de Aragón, ubicada entre Barcelona, Madrid y los Pirineos, me encontré con una actividad que ya llevaba un tiempo sin hacer, observar aves. Jordi Pérez de El Vuelo del Buitre, me hizo recordar la pasión, delicadeza y el buen ánimo que transmiten en Colombia los miembros de la asociación comunitaria de ADEAGROS al trabajar esta segmento de dentro de la tipología de turismo de naturaleza. Quise entonces hacer un paralelo entre lo que se está haciendo bien en España, resaltando la labor maravillosa que ejemplifica Jordi Pérez durante sus recorridos y la que se viene haciendo, mucho más artesanal, por parte de Adeagros en la zona de las cascadas de Sueva en el Guavio, zona rural aledaña a Bogotá. Dos formas de hacer turismo de observación de aves, dos países diferentes, pero la misma entrega y entusiasmo que le transmiten la mejor energía al viajero.
El turismo de observación de aves (turismo ornitológico o aviturismo) es aquel segmento dentro del turismo de naturaleza que implica una motivación de un turista por salir de su entorno habitual para entregarse a la naturaleza en busca de aves volando libremente en su hábitat. El viajero en este caso, disfruta de la persecución de un pájaro, solamente para oír su canto o para divisar a través de unos binoculares (prismáticos), algún ejemplar o un grupo de aves. Este viajero es un “cazador postmoderno”, quien se levanta a la hora en que se levantan las aves -puede ser a las 4 o 5 de la madrugada- y espera pacientemente y por varios días acampando o durmiendo en un alojamiento rural, compartiendo con gente local que además lo guía, y viendo cada atardecer esperando el retorno de las aves, a las cuales no hará ningún daño ni incomodará. Suelen ser personas de altos niveles de educación, algunos biólogos, ecologistas, ambientalistas y por lo general, adultos mayores, aunque cada vez se ha ido generando una nueva tendencia en los jóvenes movidos por una corriente de conservación del planeta y por la búsqueda de nuevas actividades para complementar sus viajes.
Según investigadores de la Universidad de Sevilla, en un artículo publicado en la revista “Papers de Turisme” de Valencia, el turismo ornitológico, hace parte de las actividades económicas de base ecológica que se realizan en espacios rurales. En este trabajo, buscan caracterizar la demanda donde hay dos grandes grupos; uno es el de los más especializados que pueden llamarse “avituristas“; el otro es el que se conforma por turistas que dentro de las actividades de naturaleza que realizan en su viaje, encuentran en la observación de aves, una actividad más dentro del producto turístico. Según los investigadores, esta actividad tuvo su origen en Inglaterra hacia 1889, con la creación de la “Real Sociedad para la Protección de Aves”, además se dice que son el principal mercado con el 86% de viajeros de observación de aves en el mundo. En el estudio se cita un dato de Birdlife International donde afirman que cada año se realizan 78 millones de viajes de turismo ornitológico, lo que no es una cifra nada despreciable.
España actualmente cuenta con 380 especies de aves y ocupa el puesto 93 en el mundo; tiene además 6 especies endémicas. En el marco del blogtrip, organizado por la Asociación de Bloggers de Barcelona (@BcnTB) conocí a Jordi Pérez, un apasionado de la naturaleza, las aves y la historia, quien lidera la organización “El Vuelo del Buitre” en la Comarca de Calatayud en la Provincia de Zaragoza. Tuve la fortuna de estar dos días con él contemplando lo mejor de un territorio rodeado de los mejores paisajes sobre la Laguna de Gallocanta, considerada la laguna natural salada más grande de España y el mejor ejemplo de lago salado en Europa Occidental. Este extraño fenómeno de agua salada formada sobre nacimientos de agua dulce se da por la rápida evaporación que se da en esta zona producto de los fuertes cambios de temperaturas entre invierno y verano. Se calcula que cada 20 años y por los mismos ciclos de la naturaleza se debería desalinizar aunque desde los años 70′s no alcanza su nivel óptimo de sales.
En esta laguna se concentran las grullas, un ave portentosa que se viene protegiendo aquí desde hace cerca de 30 años y que alcanza una altura de 1,20 – 1,30 metros de altura desde el suelo. Estas aves aprovechan el bajo nivel de agua para dormir dentro de la laguna y así, poder protegerse de sus depredadores y salen todos los días en la mañana a buscar agua, regresando en grupo por las tardes para mostrar todo un espectáculo para los visitantes que se acercan al lugar. En la zona también se pueden divisar buitres, águilas, búhos, pavos reales, gavilanes, lechuzas, cigüeñas, gaviotas, garzas, etc. Jordi es el guía del recorrido y hace del plan toda una aventura en búsqueda de las aves, mientras nos cuenta las historias de los pueblos aledaños y de las granjas que se crearon alrededor del Monasterio de Piedra, de las guerras de los pedros en el S. XIV, del cultivo del trigo, cebada, maíz, girasol, patatas, centeno y del ganado de oveja que era muy común en otras épocas. El aprendizaje a lo largo de la aventura es total y la forma en que Jordi va contando las historias, va despertando cada vez, mayor interés sobre el lugar en que estamos, tanto así, que todos los que estábamos allí, quedamos con ganas de volver.
Ahora bien, Colombia es el primer país en aves en el mundo con 1.909 especies; 82 de ellas son endémicas. Sin embargo, la dinámica turística allí es muy diferente a la de España. Primero por infraestructura, el país suramericano está aún muy rezagado y comparativamente hablando, recibe menos de un 10% de los turistas que recibe el país ibérico en un año. Pero más allá de esto, es interesante analizar los contrastes y luego ver las cosas buenas que cada uno tiene. Jordi y el Vuelo del Buitre, tienen aparentemente poco y ofrecen mucho. El primer país en aves parecería tener en cambio mucho, pero ofrece poco. Aún así, hay un grupo de personas que viene haciendo las cosas bien desde hace ya un buen tiempo y a pesar de las dificultades que han tenido, buscan la manera de trabajar unidos para ofrecerle al visitante la posibilidad de encontrar un sinnúmero de aves en un recorrido corto que implica una inmersión en la cultura campesina de la zona y en unos lugares verdaderamente asombrosos.
Mi experiencia con Adeagros fue siempre espectacular (he compartido con ellos varias veces), tener la posibilidad de observar muy cerca patos torrenteros o bien divisar pájaros de color rojo o azul o amarillo y oírlos cantar mientras caminábamos por el bosque, es simplemente algo alucinante. Alexander Rodríguez, quien solía ser uno de los guías, es un biólogo preparado pero por un evento desafortunado quedó en silla de ruedas y sin embargo, junto con la ayuda de su hermano, fotógrafo aficionado, lograron juntar un inventario de aves con fotos que luego publicaron hace cerca de un año, luego de muchas dificultades para sacar el proyecto adelante. Todos ellos familias de bien, humildes y con gran corazón, han buscado la forma de vincular cada vez a más personas al proyecto. Pero la tienen muy difícil por las dificultades que la empresa privada y muchas veces el gobierno les imponen para salir adelante, sabiendo que además, no cuentan los recursos suficientes para sacar el proyecto adelante. Pero sé que lo harán. Tienen un tesoro que los ingleses darían lo que fuera por visitar, además de todos los amantes de la observación de aves en el mundo.
Jorge Bonilla
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